Ir al contenido principal

Destacados

Miedo a la oscuridad

 Cuando era niña tenía miedo a la oscuridad. Siempre he sido muy fantasiosa y eso tampoco ayudaba. Recuerdo la primera vez que mis padres me asignaron mi propia habitación. Había estado durmiendo desde que nací en la cuna en el lado de la cama donde se acostaba mi madre y hasta los tres o cuatro años me cogía de su mano para dormir. Recuerdo vagamente aquellos momentos de tranquilidad . Mi madre me daba la mano a través de los barrotes de la cuna y yo me quedaba dormidita sin miedo a los monstruos del armario que pudieran estar acechando en mi mente.... Después cuando me hice más mayorcita dormía en la misma habitación que mi hermano , cada uno en su camita con la típica cabecera de níquel , y yo contenta de tener a alguien a mi lado. Aun así recuerdo que me tapaba con la sábana hasta la frente cuando apagaban la luz...sigo haciéndolo.... Y llegó el momento de dar un paso más. Cuando cumplí unos seis años , mis padres cambiaron mi cama a la habitación más lejana de

Historia de amor en los 60 parte 3




Sólo tenía 15 años. Es cierto que aquella declaración de amor de Miguel le había hecho sentir muy especial y amada. No obstante se sentía muy confundida.

No quería hacerle daño a Manuel, que hasta ahora se habia portado muy bien con ella. Y siempre había visto a Miguel como un amigo mas de la pandilla.

Para ella era un momento muy difícil y se asustó.
No sabía que contestar y temía hacerle daño a Miguel que esperaba una respuesta.
-Miguel, me has hecho sentir muy halagada y especial. Nunca nadie me había hablado así como tu ahora. Eres una gran persona y no quiero hacerte sufrir....- quiso continuar pero Miguel no le dejó:

-Paula, no digas nada. Te pido perdón si te he hecho sentir mal. Llevo mucho tiempo queriendo decirte lo que siento por ti y quizas debí haber tenido mas paciencia.
Mira yo se que estás con Manuel y no quiero que decidas nada ahora.

Por favor sólo prometeme que lo vas a pensar.
-Vale Miguel, gracias, lo pensaré, te lo prometo.

El corazon de Miguel empezó a desacelerar, y a ello le siguió un dolor fuerte en el pecho, pero quiso comportarse como un caballero y acompañó a Paula hasta la puerta de su casa.

-Adios Paula, cuidate mucho por favor.
Miguel sabía que ese adios iba a ser de verdad porque no pensaba volver a salir con la pandilla. No quería presionar a Paula, ni quería que Paula le siguiera viendo... Quizá así notaría su falta y puede que con el tiempo la respuesta fuera diferente.

De todas formas no pensaba rendirse.
Aquel sabado fue una derrota, una batalla perdida que le había roto el corazón pero no podía quedarse de brazos cruzados.
Lo que sentía era demasiado grande, demasiado hermoso como para olvidarlo y dejarlo escapar.

Los días pasaban y después las semanas, los meses... Se habia cruzado varias veces con su antigua pandilla, con Paula... Y Manuel.
Manuel había tratado varias veces de convencerlo de que siguiera yendo con ellos. Le dijo  que el lo apreciaba mucho y que sentía que Paula no le hubiera dado la respuesta que esperaba.

Pero cada vez que Miguel veia a Paula de la mano con Manuel era un suplicio tan grande que casi era mejor para el no verla tanto. Asi que decidió escribirle una carta a Paula.

Había estado saliendo esporádicamente con los hijos de unos amigos de sus padres los fines de semana.

Al final dejó de pasar por los lugares donde pasaba su antigua pandilla para no tener que cruzarse con ella. Verla era demasiado doloroso.

Decidió que le iba a escribir cada mes confirmandole que su amor seguía en pie. Que no se iba a acabar por mucho tiempo que pasara. Y cada mes junto con la carta le dejaría una rosa
fresca y viva como lo era su amor.

Empezó a escribir un lunes 8 de septiembre:
Hola Paula, mi querida Paula. Te escribo para hacerte saber que aun te amo y que mi amor, como esta rosa, sigue fresco y vivo.
He querido dejar de verte, de sentirte cerca, es demasiado difícil para mí.

No dejes de pensar tu respuesta. La esperaré siempre.
Te amo, Miguel...

Dejó la carta junto con la rosa en la ventana de la habitación de Paula que daba a la calle, creando esperanzas, construyendo sentimientos, y con el corazón a mil por hora siguió su camino hacia casa....

Continuará



Comentarios

Entradas populares