Ir al contenido principal

Destacados

Miedo a la oscuridad

 Cuando era niña tenía miedo a la oscuridad. Siempre he sido muy fantasiosa y eso tampoco ayudaba. Recuerdo la primera vez que mis padres me asignaron mi propia habitación. Había estado durmiendo desde que nací en la cuna en el lado de la cama donde se acostaba mi madre y hasta los tres o cuatro años me cogía de su mano para dormir. Recuerdo vagamente aquellos momentos de tranquilidad . Mi madre me daba la mano a través de los barrotes de la cuna y yo me quedaba dormidita sin miedo a los monstruos del armario que pudieran estar acechando en mi mente.... Después cuando me hice más mayorcita dormía en la misma habitación que mi hermano , cada uno en su camita con la típica cabecera de níquel , y yo contenta de tener a alguien a mi lado. Aun así recuerdo que me tapaba con la sábana hasta la frente cuando apagaban la luz...sigo haciéndolo.... Y llegó el momento de dar un paso más. Cuando cumplí unos seis años , mis padres cambiaron mi cama a la habitación más lejana de

Caminos sin rumbo

Caminando sin rumbo por no saber que hacer, quería llegar lo mas lejos posible.

Creía que podía dejar todo atrás sin más. Pretendía alejarse de todo y de todos y encontrar consuelo en el mero hecho de caminar sin parar.


No quería pensar en nada, no quería llorar ni reír, solo ir lejos, muy lejos pero sin prisas. Sentía que haciendo esto se iba a liberar de sus problemas. No pensaba en la vuelta, no pensaba en nada. Tenía que andar, tenía que huir sin remedio, no había solución a su desastre.


Debía llegar a ningún sitio cuanto antes, seguía caminando...
Pasó mucho tiempo, no se sabe cuánto y su andar se fue haciendo mas y mas lento.
Entonces se paró al lado de un lago de agua cristalina sin peces.


Se asomó al agua y vio su reflejo. Su rostro no era su rostro, pero sus ojos sí.
Había envejecido en su viaje. Había andado demasiado. Ya no tenía fuerzas para volver a su hogar.
Ahora, ahora que tantas ganas tenía de dar la vuelta, de llegar de nuevo a su  casa, a su esposa, a sus hijos... Nada de eso existía ya. 


Se dio cuenta de que andar sin rumbo le había costado muy caro...Quedo solo, no dio un paso más...

Para aquellos que creen que pueden huir de sus problemas sin más, y que piensan que el alcohol, las drogas, o el juego serán un camino con retorno. Quizas podrán volver pero, ¿quedará algo o alguien cuando lleguen? 

Comentarios

Entradas populares