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Miedo a la oscuridad

 Cuando era niña tenía miedo a la oscuridad. Siempre he sido muy fantasiosa y eso tampoco ayudaba. Recuerdo la primera vez que mis padres me asignaron mi propia habitación. Había estado durmiendo desde que nací en la cuna en el lado de la cama donde se acostaba mi madre y hasta los tres o cuatro años me cogía de su mano para dormir. Recuerdo vagamente aquellos momentos de tranquilidad . Mi madre me daba la mano a través de los barrotes de la cuna y yo me quedaba dormidita sin miedo a los monstruos del armario que pudieran estar acechando en mi mente.... Después cuando me hice más mayorcita dormía en la misma habitación que mi hermano , cada uno en su camita con la típica cabecera de níquel , y yo contenta de tener a alguien a mi lado. Aun así recuerdo que me tapaba con la sábana hasta la frente cuando apagaban la luz...sigo haciéndolo.... Y llegó el momento de dar un paso más. Cuando cumplí unos seis años , mis padres cambiaron mi cama a la habitación más lejana de

Historia de amor en los 60. Parte 2


Miguel estaba eufórico.
¡Por fin podia gritar su amor a los cuatro vientos!
¡Por fin podria expresar sus sentimientos a Paula!
Estaba ansioso de que llegara la tarde.
Antonio habia vuelto a organizar la fiesta en su casa. El guateque como le llamaban entonces.
Ya no iba a sentir la punzada que sentía cada vez que viera bailar a Paula con Manuel.
Después, cuándo todo acabara le pediria a Paula un momento para hablar.
Saldrian a la calle, pasearían y le declararia su amor.
Esta vez se sentia seguro. Esperanzado. Mas enamorado de ella que nunca.
La verdad es que se le hizo eterna la tarde. Sobre todo porque Paula había bailado con Manuel y el como cada vez con Maria.
No le importaba. Iba a decirle a Paula cuanto la quería. Cuantas cosas sentía por ella. El amor tan grande que lo invadía.
Manuel por su parte sabia lo que iba a ocurrir.
Habia quedado impresionado por lo que su amigo Miguel le habia contado. Ese amor que su amigo sentía merecía una oportunidad.
Al fin y al cabo Paula tendría la última palabra.
Llegó la hora. Terminó el guateque y Manuel invento una gran excusa para irse y dejar el camino libre a Miguel.
Paula quedó un poco extrañada pero no le dio mucha importancia.
Ella era muy joven e inocente.
Nunca había besado a ningún chico. Ni siquiera a Manuel. Ni Manuel había intentado besarla. De hecho la había respetado mucho.
-Paula, - dijo Miguel un poco nervioso - ¿le ha pasado algo a Manuel? -
-No, nada malo, se ha tenido que ir, su padre le ha llamado.
-¿Quieres que te acompañe a casa?
-Vale mis padres no quieren que vuelva sola.
Era maravilloso estar con ella. Por fin a solas y sin nadie que escuchara alrededor.
-Paula, perdona que te lo diga asi de repente pero quiero saber una cosa. ¿Vas en serio con Manuel?-
Paula se sonrojó. No sabía que contestar. La forma de mirarla de Miguel nunca había sido tan intensa, y dentro de esa mirada se veía un deseo suplicante de sinceridad.
-Bueno, la verdad es que nos gustamos...pero
-No puedo mas Paula. - Miguel se armo de valor. Era su oportunidad y tenía que aprovecharla.
-Estoy enamorado de ti. Pero no como te lo imaginas. Es mas que eso. Lo que siento por ti es tan grande, tan importante que no puedo esconderlo por mas tiempo.
Mis sentimientos son sinceros te lo prometo. Me duele el corazón de no tenerte a mi lado. Es tanto lo que te necesito que se me hace muy difícil no tenerte. Te quiero de verdad, te amo de corazón...
Paula quedó  sin palabras. La sensación que había corrido por su alma escuchando aquella declaración de amor tan sincera y sentida, era algo nuevo para ella...
Continuará....
Estan surgiendo las palabras conforme voy escribiendo a si que el final puede se cualquiera.

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