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Miedo a la oscuridad

 Cuando era niña tenía miedo a la oscuridad. Siempre he sido muy fantasiosa y eso tampoco ayudaba. Recuerdo la primera vez que mis padres me asignaron mi propia habitación. Había estado durmiendo desde que nací en la cuna en el lado de la cama donde se acostaba mi madre y hasta los tres o cuatro años me cogía de su mano para dormir. Recuerdo vagamente aquellos momentos de tranquilidad . Mi madre me daba la mano a través de los barrotes de la cuna y yo me quedaba dormidita sin miedo a los monstruos del armario que pudieran estar acechando en mi mente.... Después cuando me hice más mayorcita dormía en la misma habitación que mi hermano , cada uno en su camita con la típica cabecera de níquel , y yo contenta de tener a alguien a mi lado. Aun así recuerdo que me tapaba con la sábana hasta la frente cuando apagaban la luz...sigo haciéndolo.... Y llegó el momento de dar un paso más. Cuando cumplí unos seis años , mis padres cambiaron mi cama a la habitación más lejana de

Depresión y tristeza vs luchar sin rendirse


Se levantó. La luz del amanecer se colaba tímidamente por la ventana de la habitación. Pero el sol no se decidia a salir todavía.
Había dormido muy bien y sentía la necesidad de salir a correr
Siempre iba a hacer ejercicio a la playa, alli estiraba, y corría pero sin prisa. Le gustaba pasar su hora de ejercicio pisando el agua y oyendo el mar.
Todo muy temprano.
Cada mañana veia la salida del sol por encima del mar y eso le hacia sentir bien, animado por haber madrugado
No se creia ni mejor ni peor que nadie pero cuando los primeros rayos de sol asomaban al horizonte del mar y el cielo se sentía mas fuerte, mas poderoso.
Despues del ejercicio iba a desayunar. Y después del desayuno, entonces sí, se sentía preparado para dar sus clases.
Era profesor de historia en la universidad
Sus alumnos estaban encantados con él porque al escucharlo se daban cuenta de la pasión que tenía por su trabajo.
Disfrutaban y aprendían.
A él le fascinaba la historia. Los momentos, las fechas, los personajes, los logros, el pasado que contribuyó a un mejor futuro.
Siempre les decía a sus alumnos que la historia era como la madre de cada uno.
La que nos enseña a no repetir viejos errores.
Su vida como maestro le enriquecia mucho.


A pesar de llevar un ritmo de vida 
disciplinado con su rutina de ejercicios y su alimentación sana había días que en los que todo su mundo  se desmoronaba a su alrededor.

Sin fuerzas y desvalido se enroscaba en las sabanas y edredon de su cama
No sabia porque le pasaba eso. No quería levantarse. No le importaba nada. No se sentía capaz de afrontar el hecho ni tan siquiera de ponerse de pie.

No quería vivir. No podía creer que fuera la persona mas desdichada del planeta.
Eran momentos confusos

Pensó seriamente en su situación. Los bajones eran cada vez mas recurrentes y no era capaz luchar contra ellos solo.
Era un hombre pero lloraba como un niño. Lloraba desconsolado sin motivos... Bueno con los motivos que su mente le hacia tener
Sabía que tenía que buscar ayuda. La buscó y la encontró. 

Tuvo una larga lucha contra la depresión por años pero al final salió del pozo sin fondo.
Subio hacia arriba arañando las paredes de su mente.... Lo consiguió

Si  te sientes tan triste que no puedes pensar, tan poca cosa que no quieres vivir, piensas que nadie te quiere o lloras de continuo sin motivo aparente, o con motivo escondido, no te dejes vencer. 

Busca ayuda. Araña las paredes de tu mente para subir de la oscuridad. No te rindas. No lo permitas. Todas las personas somos valiosas, todos somos guapos a los ojos de alguien, todos los seres humanos tenemos la capacidad de esbozar sonrisas y de que estas iluminen a otros.

Siempre hay alguien que te quiere, te valora, te aprecia y que nunca dejará que te sientas culpable. Busca su compañía, no te aisles.
Ve al médico y dile como te sientes. No lo dejes, no caigas sin remedio.
Sube, escala, arriba verás el sol.




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